Hace unos años vi esa obra en el teatro y la verdad es que me gustó mucho. Fue en la sala pequeña del Teatro Español, el escenario era una pequeña base de madera en la que apenas cabían dos personas de pie situada en el centro de la sala y todas las sillas dispuestas alrededor de esa. Se apagaron la luces y en total oscuridad escuchamos y “vimos” (con el resto de los sentidos) los protagonistas reflexionando sobre sus vidas, ideologías y memorias. (Silvia Abascal y Ricardo Gómez dirigidos por Blanca Portillo, 2006)
Lo que hoy me hace recordar esta obra es su punto de partida... El texto nos sitúa en una especie de “limbo”. Se supone que incluso después de la muerte física, de cierto modo seguimos existiendo “en alguna parte” siempre y cuando quede alguien vivo que se acuerda de nosotros, alguien que todavía conserva la memoria de nuestra existencia. Cuando la última persona con recuerdos sobre nosotros está a punto de morir, nuestra alma/existencia pasa a ese limbo, esa sala de espera de esa muerte inminente que abrirá una puerta para el re-nacimiento, ese re-generar memorias en los seres vivos.
Así es como los simples mortales tenemos la oportunidad de (re)vivir “eternamente” mientras, “famosos”, políticos, humanistas, científicos, artistas etc no vuelven a cobrar vida dado que han pasado a formar parte de una memoria colectiva que les impide volver a nacer físicamente ya que nunca dejamos de recordarles, nombrarles... de cierta manera son inmortales en la memoria. Los demás somos igualmente inmortales pero de una manera más “mortal”... de vivir, morir y nacer eternamente hasta dejar una huella profunda en la memoria social que impedirá nuestro renacimiento físico.
... y todo esto no es más que el juego de un Dios “caprichoso”... con aspecto y alma de niño “jugando” con nuestras penas y alegrías... (en una aparición sorprendente al final de la obra)
...el texto parte de esta base pero tiene muchos más puntos de reflexión dado que enfrenta a un militante muerto en la guerra civil española y una chica de la movida española muerta por una sobredosis de heroína. Recomiendo el texto y/o la obra, pero no entro aquí a hacer una evaluación de la misma
...y es que hoy sería el cumpleaños de mi padre que es el primer año que el ya no está físicamente entre nosotros, pero que sigue vivo en la memoria de quienes le hemos conocido. Así que esto es una “advertencia” cariñosa para que espere sentadito... porque me parece que tardará muchos años en volver a entrar en ese juego de la vida de un Dios caprichoso...
spotify track: Evanthia Reboutsika: O Mikros Pringipas
El Principito de su album instrumental - La Estrella y el Deseo (Un mar de girasoles)
6 comentarios:
Siempre me he preguntado cómo será todo más allá. Es algo que me deja intrigado.
Quizá sea esa memoria colectiva la causa de que nuestra vida se prolongue en la eternidad. Hoy, será más fácil permanecer en la memoria colectiva, pues muchos de nosotros dejamos parte de nuestra existencia aquí escrita. ¿Cómo nos recordará el Mundo?
Saludos, abrazos y besos desde Puebla, México ;)
--Arminius, Advocatus infinitatis.
Me ha encantado la reflexión que haces, la verdad es que da mucho que pensar.
Besos.
Estupenda introducción para el precioso "regalo" final.
Un abrazo.
A mí me fascinan este tipo de temas, he tenido gratas experiencias con muertos que en vida yo conocí, y el resultado (al menos por mi parte) es que se quedan cierto tiempo con nosotros antes de desaparecer (o partir) para siempre... La música muy buena también...
Besotes
Xim
GRACIAS POR EXISTIR Y POR TANTAS COSAS!!!
Has logrado dejarme con una extraña sensación... entre serenidad y tristeza...
Carpe Diem
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