19 noviembre, 2009

...la soledad de un viajero IIIb (Budapest)

bueno esto no está tan mal... que hoy ha hecho un día estupendo y ayer cenamos en el "Bagolyvar" en la plaza de los Heroes y ha estado muy bién :-)

...no podría pasar por Budapest sin hacer memoria y sonreir ante todo lo que he vivido en esta ciudad...

la visité por primera vez en Diciembre de 1994, participando en un evento organizado por la ONG Helsinki-España en el que universitarios de toda Europa hicimos una reunión-simulación de la Conferencia que la OECD llevaba a cabo a unas cuantas manzanas de la Universidad (y en la ciudad se respiraba una fiebre BillClintoniana). En aquel entonces la ciudad me pareció preciosa, alucinante... caminaba y me maravillaban los edificios, las calles, la isla en medio del río, sacaba fotos, tuve una aventura efímera en los Gellert, visité museos y palacios... en nuestra conferencia paralela conocí gente de todo el mundo y sobre todo unos cuantos españoles que unas semanas después me enseñaron la vida nocturna de Madrid por Alonso Martínez (pero esa es otra historia... que yo luego terminé "por casualidad" en el Black & White de Chueca...)
Ha sido un momento “universitario” inolvidable, marcado por el clima gélido de un Budapest nevado y mágico... y que dejé plasmado en un reportaje que escribí para el primer número de la revista que estábamos a punto de publicar un grupo de estudiantes en mi facultad en Grecia (historia larga y muy querida que no encuentra la salida de mis borradores... pero espero que pronto lo haga)
De cierta manera ese viaje es uno de los momentos clave de mi vida...

Por cosas del destino (y del dinero) Budapest fue en Octubre de 2001, mi puente hacia Madrid... yo quería por romanticismo y por determinación sacar un billete sin vuelta de Atenas a Madrid (alegando que no necesitaba la vuelta dado que cualquier otro viaje de allí en adelante sería de ida y vuelta desde Madrid)... y resultó que el más barato era haciendo escala en Budapest... Así que con una maleta enorme (una sola pero que llevaba casi todas mis pertenencias -menos mis principitos que el destino los dejo aquellas navidades perdidos en el aeropuerto de Paris, afortunadamente recuperados por mi querido vecino rey), acompañado por mucha ilusión, mil sueños, mi madre y una amiga, nos plantamos a las 8 de la mañana en el aeropuerto de Budapest.
El vuelo a Madrid no salía hasta bastante más tarde... así que dejamos las maletas en el aeropuerto y nos fuimos a ver la ciudad. Creo que la emoción de mi inminente llegada a Madrid me ha borrado las memorias de aquellos momentos. Recuerdo vagamente solo la sensación de estar caminando por calles conocidas, comprar A Kis Herzeg (El Principito en húngaro), disfrutar el paseo por los parques buscando un café para desayunar, una iglesia de estilo gótico y pasar por la casa de un amigo de mi amiga que estudiaba aquí... y recuerdo que todavía fumaba.

Volví a elegir Budapest como escala, en el viaje que en el 2004 hicimos con Alberto para ver los JJOO de Atenas. Volviendo de Atenas decidimos pasar tres noches en la ciudad. Fue el primer viaje estrictamente “turístico” y la disfrutamos de una manera distinta... nos gustó mucho la ciudad en sí, caminamos por sitios que no había estado, pero descubrimos tristemente que la gente había cambiado mucho. El ansia del dinero, la caza del turista y la corrupción se había apoderado de ellos y nos amargaron algo la estancia (que casi perdemos el avión por no querer sobornar a unos “policías” que injustamente reclamaban que el billete de metro que usamos no era válido)... en la calle peatonal junto a los hoteles de lujo, los clubs de stritease y las putas callejeras confirmaban el nuevo triste apodo de esta ciudad imperial como la capital europea del porno. Aún así guardo un recuerdo muy bonito de aquella visita de hace ya cinco años de las que además tenemos un reportaje fotográfico muy bueno... y un recuerdo especial en forma de estos vasitos de cristal esculpidos a mano :-)

7 comentarios:

Rosa dijo...

Ay, yo no conozco Budapest, es una asignatura pendiente que tengo, ves? unos tanto y otros tan poco!!, jajaja. Iré, algún día iré.
Besos.

Sakurandra dijo...

Que curioso.. no te conozco pero aún así te cuento..
Llegué a mi casa después de dos largas pláticas, uno triste otra no tanto, me siento frente a mi pc a terminar un trabajo que tengo muchos tiempo queriendo no acabar pero antes abro mi blog (ves que es verdad que no quiero terminar ese trabajo?), y encuentro un comentario de alguien que no conozco. Doy click a tu nombre, llego a tu perfil (el cual paso de largo porque lo que más dice de uno no es lo que uno dice de sí mismo sino aquello de lo que gusta) y entro a tu blog... que curiosa sorpresa encontrarme con esa imagen del principito (que si te contara lo que significa para mi no me creerías así que mejor no te cuento) y fue ahí cuando salió la primer sonrisa.. las siguientes llegaron cuando leí la descripción de tu viaje.

Saludos y gracias por las sonrisas que aunque no fueron tu intención igual me alegraron un poco.

Por cierto.. que cosa tan más fea enterarme que pudiste haber ido a ver a Yanni y no fuiste. Yo acabo de verlo en México, me costó mucho (no sólo en dinero) porque vivo bastante lejos pero valió la pena. Ojalá algún día puedas ir a verlo, si te gusta la mitad de lo que me gusta a mi te aseguro que no te arrepentirás.

theodore dijo...

Interesante la cronología Budapestera (o Budapestense), y.... qué chulos los vasos!!

Adrianos dijo...

@Rosa: pues is, en cuando puedas tienes que ir. merece la pena :-)

@sakurandra: si le vuelvo a pillar por gira en europa le veré, pero ese concierto en Acropolis seguro que es irrepetible :-(
aqui el principito tiene un planeta virtual permanente. espero tus visitas

@theodore. :-) cuando quieras nos tomamos unos chupitos en ellos (que son de chupitos). ¿De que lo tomas?

Cosechadel66.es dijo...

Es curiosa la fascinacion que determinadas ciudades poseen para cada uno de nosotros. Tan sólo nombrarlas es soñar, y Budapest es una de ellas.

Carpe DIem

Mensi dijo...

Ja!!! Lo del soborno del Poli me suena ... conozco a dos chicas (por casualidad primas tuyas, de las Canarias) a las que les pasó lo mismo sólo que ellas fueron tan cortas que no se dieron cuenta de lo del soborno y el tío al final terminó dejándolas por imposibles :-)) No puedo dejar de unirme a tu sentimiento porque exactamente así fue mi lectura de la ciudad ... triste pero cierto, aún así, hermosa ciudad.

Adrianos dijo...

@cosecha66: Budapest hace soñar si... y sigue en este sueño mientras la visites (así podras evitar ver las cosas malas...)

@mensi: ja ja primas :-) a ver si aprendo de vosotras y la proxima me hago pasar por ingenuo-tonto y me evito problemas ja ja ja

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