Nespresso... ¿what else?

Cada vez que entro en la tienda me maravillan los colores, olores... y el personal.
Tod@s guap@s arregladit@s parecen de revista o de pasarela, son serviciales más que amables y te “regalan” la sensación de estar en un cóctel de algún noble y ellos el personal de servicio de la mansión. No importa que haya que esperar una larga cola que no obstante avanza rápidamente. Totalmente “drogado”, convencido y convertido consumidor gracias al marketing y el “visual merchandising” compro todo aquello que promete ofrecerme momentos de placer.

Fuera quedan las "sospechas" de explotación y comercio injusto en algún país que me queda lejano, las críticas al consumo irresponsable y apenas reciclable y el “escándalo” de la leche en polvo. Leer esto.
...fuera quedó también mi desagradable experiencia con directivos de empresas multinacionales...
Parezco no poder evitarlo... y Thalassa de momento no me dice nada. Acepta sin más acompañarme a esto. ... solo que al salir de la tienda, después de haber pagado una escandalosa cantidad de dinero, se encuentra con todo aquello que yo dejé y me reprocha haberlos abandonado allí...
...mi anti-consumismo, ecologismo, la solidaridad, la justicia y un largo etc de ideas yacían malheridas por una compra que financia todo lo que critico...
“Son algunas de las contradicciones del ser humano”... “la carne es débil” me digo... en un intento de exorcizar mi culpa....

... ellos me "aseguran" (via G. Clooney) que sus productos son objetos de deseo del mismísimo San Pedro... pero yo no creo en "llaves" y sobornos que me garantizarán el paraíso en el más allá ...
así que como como bien dicen, tengo en el pecado la penitencia.

...y es que juro que desde aquella tarde ... el café ya no me sabe igual, es más amargo que de costumbre, no huele como antes y no me ofrece placer...
solo una sensación de culpa...
...y una promesa de no volver a "pecar"...
bueno, por algo se empieza y ya se vera la respuesta al famoso ¿what else?...